El pueblo arhuaco es una comunidad indígena que habita la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia, una de las montañas costeras más altas del mundo. Guardianes de una cosmovisión profundamente ligada a la naturaleza, los arhuacos consideran el cacao como una planta sagrada, símbolo de equilibrio y armonía con la tierra.
Su cacao se cultiva en altitudes privilegiadas, de manera orgánica y siguiendo prácticas tradicionales que respetan tanto el entorno como el conocimiento ancestral. Esto da como resultado un cacao de altísima calidad, con un perfil aromático delicado, notas florales, frutales y una suavidad única.
Trabajar con cacao arhuaco no solo significa ofrecer un producto excepcional, sino también apoyar una cultura que protege su territorio y su forma de vida.